Todavía no hay luchas, prejuicios ni conflictos nacionales en el espacio ultraterrestre. Sus peligros son hostiles para todos nosotros. Su conquista merece lo mejor de toda la humanidad, y su oportunidad para la cooperación pacífica nunca volverá a presentarse. Pero ¿por qué, dicen algunos, la luna? ¿Por qué elegir esto como nuestro objetivo? Y bien pueden preguntarse ¿por qué escalar la montaña más alta? ¿Por qué, hace 35 años, volar el Atlántico? ¿Por qué Rice juega en Texas?